El caso del adolescente conmovió al país galo. Dejó una carta antes de morir y sus padres iniciaron una demanda que llevó a que cuatro alumnos fueran declarados culpables de acoso escolar. Ahora esperan conocer sus penas
El 7 de enero de 2023, la comunidad francesa de Golbey, en Vosgos, al noreste del país, fue sacudida por la noticia del suicidio de Lucas. Con apenas 13 años de edad, había tomado la decisión tras describir en unas cuantas líneas los motivos que lo agobiaron en los últimos días de su vida.
En síntesis, su adolescencia se había convertido en un calvario por el acoso escolar del que era objeto. “Los resultados y la autopsia realizada por el instituto médico forense de Nancy han establecido la teoría del suicidio por ahorcamiento”, declaró el fiscal Frédéric Nahon.
En medio del dolor, los familiares que leyeron la carta escrita por Lucas decidieron acudir a los tribunales para formalizar una denuncia e iniciar un juicio. Los apuntados fueron cuatro adolescentes que se burlaban y le proferían insultos homófobos en la escuela Louis Armand.
Casi seis meses después, la justicia francesa los declaró culpables por haber sometido a la víctima a un constante bullying por ser abiertamente gay.
Los cargos
Para el tribunal de menores de Épinal, son culpables de acoso, pero sin una vinculación directa al suicidio. Además se dictaron medidas educativas provisionales contra los cuatro a la espera de la próxima audiencia para anunciar su pena, prevista para el 22 de enero de 2024.
Se enfrentan a un máximo de 18 meses de prisión, una pena que habría sido mucho más dura si el tribunal los hubiera declarado culpables de acoso escolar con resultado de suicidio: la pena habría sido entonces de 5 años de prisión.
En la audiencia, que se celebró a puerta cerrada el 3 de abril, el ministerio fiscal no pidió que se reconociera el acoso como causa del suicidio, contradiciendo así sus propias conclusiones al final de la investigación.
El tribunal de menores siguió el mismo camino, recalificando los actos de acoso escolar con resultado de incapacidad laboral total inferior a ocho días contra las dos chicas y los dos chicos acusados.
“Alivio”
A pesar de esta recalificación, Séverine, la madre de Lucas, expresó su “alivio”.
“El veredicto es bueno porque el acoso es grave. Todo el mundo tiene que darse cuenta”, declaró tras conocerse el veredicto.
“Eso es lo que yo esperaba, que mi hijo fuera reconocido como víctima de acoso en la escuela, que no se banalizara, que no fuera normal. Le debía eso”, continuó. “En cualquier caso, voy a luchar hasta el final para que esto pare, para que todo el mundo se cuestione, para que los acosadores se cuestionen, para que las víctimas se digan a sí mismas que no, que no tienen por qué pasar por lo que están pasando. Ya llegaremos a eso. En cualquier caso, vamos a luchar por ello. Es mi lucha, es su lucha y así es como él (Lucas) seguirá viviendo”.
“La situación de Lucas se ha juzgado justamente desde el punto de vista jurídico: el acoso que sufrió se ha considerado simple acoso escolar, lo que me parece una decisión justa”, coincidió su abogada, Catherine Faivre. “Lo importante era dejar de trivializar y minimizar la situación. No es una simple burla en cuanto se repite, en cuanto afecta a una identidad, ya sea sexual o de otro tipo”.
Una de las abogadas de los adolescentes, Emmanuelle Larrière, se mostró más prudente: “No es la decisión que esperábamos, ya que habíamos pedido la absolución. Evidentemente, haremos balance de la situación con los padres, y se planteará la cuestión de un posible recurso”, declaró.
La comunidad LGBT y la inacción de la escuela
Lucas era un orgulloso miembro de la comunidad LGBTQ+, según la publicación francesa Tetu.
El joven estudiante era víctima del acoso de sus compañeros por sus modales, su forma de vestir e incluso su “presencia”. “No se escondía y eso molestaba a algunos”, dijo Stéphane, un amigo de la familia. “Lucas siempre fue agradable, cariñoso, espontáneo, lleno de sueños y de vida”.
La autoridad educativa local dijo que Lucas había sido objeto de “burlas” en el colegio desde el final de las vacaciones en septiembre. “Los equipos de la escuela se lo tomaron inmediatamente en serio y mostraron un gran cuidado a diario”, aseguró.
Nahon dijo, sin embargo, que no había constancia de ninguna investigación reciente iniciada en la escuela de Lucas sobre acusaciones de acoso.
Las personas cercanas a Lucas y a su familia también declararon que la escuela hizo poco por detener el acoso. Tanto la víctima como su madre habían denunciado insultos homófobos desde el inicio del curso escolar en septiembre, según el amigo de la familia.
Stephanie, otra amiga, dijo que Lucas se había quejado “una y otra y otra vez”, de lo que finalmente le llevó al suicidio. “Su madre pidió ayuda varias veces”, relató. “El colegio, donde pasaba tres cuartas partes de su tiempo, no reaccionó”, pese a que había estado participando en un programa de ámbito nacional para combatir el bullying.
Conmoción en Francia
El país se movilizó por este caso. En Épinal, a principios de febrero, varios centenares de personas participaron en una marcha en memoria del joven.
El gobierno francés expresó su intención de reforzar la lucha contra el acoso escolar a raíz de este drama, que no fue el único similar desde inicios de año.
“Cuando un niño se quita la vida, no hay palabras para expresar la pena y el dolor”, declaró ante el Senado el ministro francés de Educación Pap Ndiaye. “Esta tragedia muestra hasta qué punto la lucha contra el acoso escolar debe seguir siendo una prioridad del Gobierno”.
En un caso similar, otros cuatro menores fueron inculpados a finales de mayo por “acoso escolar que condujo al suicidio” tras el caso de una niña de 13 años, Lindsay, el 12 de mayo en Vendin-le-Vieil (Pas-de-Calais).
Ndiaye se reunió este lunes con los familiares de Lindsay, cuya madre lo acusó de no ser “sincero” en la lucha contra este fenómeno.
El 29 de abril, un niño de 10 años se suicidó cerca de Lyon (sureste), en un contexto de acoso escolar, según sus padres.
Nota del editor: Este artículo menciona el suicidio. Si necesitas hablar con alguien ahora, en el Centro de Asistencia al Suicida de Buenos Aires atienden a cualquier persona en crisis en las líneas gratuitas 135 desde Buenos Aires y GBA o al (54-11) 5275-1135 las 24 horas del día. Está también el Centro de Atención al Familiar del suicida (CAFS): Tel. (011) 4758-2554 ([email protected] – www.familiardesuicida.com.ar).
En México el Sistema Nacional de Apoyo, Consejo Psicológico e Intervención en Crisis por Teléfono (SAPTEL) ofrece atención telefónica las 24 horas del día en el número: 0155 5259-8121. En los Estados Unidos se puede marcar al +1-888-628-9454.
En Estados Unidos, existe la Red Nacional de Prevención del Suicidio para pedir ayuda; puedes llamar al 1-888-628-9454 o al 1-800-273-8255, la línea del Servicio Nacional de Prevención del Suicidio, para hablar con alguien que te brindará apoyo gratuito y confidencial las 24 horas del día, los siete días de la semana. Los CDC también recomiendan sus propias políticas, programas y prácticas de prevención.
TOMADO DE*infobae.com