- El investigador del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, Gerardo Cruz, habla del origen, estancia y futuro de los migrantes en el país
En los últimos años se ha hecho visible una mayor presencia de migrantes haitianos en México. De acuerdo con información de la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (COMAR), entre enero y septiembre de 2023, uno de cada tres solicitantes de refugio en el país, fueron haitianos.
En entrevista para Vida Nueva, el maestro Gerardo Cruz, investigador y docente del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC) e integrante de la Red CLAMOR, aseguró que los migrantes en general, y en particular los haitianos, son usados políticamente como ‘monedas de cambio’; además de sufrir rechazo, secuestros, extorsiones y abusos en términos laborales y sexuales.
Aseguró que tanto México como su ciudad capital “tendría que ser más acogedora”; y es que, “a pesar de los enormes esfuerzos que hace la Dimensión Episcopal de Movilidad Humana y la Pastoral Migratoria en el país y en la Arquidiócesis en México, si no hay políticas públicas que atiendan a las personas migrantes… no podremos hablar de un país que viva con justicia en fraternidad con las personas más vulnerables“.
Señaló que los esfuerzos que hace la Iglesia con la Pastoral Migratoria a lo largo del país y en la Ciudad de México son muy loables, incluso, ejemplo de acogida para el mundo, “pero la migración está desbordada”.
El maestro Gerardo Cruz confió en que la labor de la Iglesia pueda ser más efectiva cuando los gobiernos de los distintos niveles asuman su responsabilidad humana y “dejen de lado intereses políticos que rayan en verdaderamente una falta de ética absoluta”, añadió.
Origen de la migración haitiana a México
El investigador mexicano explicó que la presencia migratoria de haitianos no es emergente, sino constante, y recordó que, de hecho, a finales del año 2016 en el IMDOSOC coordinó un informe llamado ‘Frontera cerrada’, que daba cuenta de más de 7.000 haitianos varados en las fronteras de Tijuana y Mexicali, tratando de ingresar a los Estados Unidos y habiendo atravesado el territorio mexicano.
“Para llegar a México -explicó- tuvieron que atravesar por lo menos nueve fronteras, nueve países diversos (algunos cinco), dependiendo del lugar de donde venían, porque hay que decir que los migrantes difícilmente vienen directamente de su país”, agregó.
Explicó que en aquel entonces los haitianos provenían de países como Chile, Perú y especialmente Brasil, donde el Mundial de Futbol de 2016 y los Juegos Olímpicos de Río de 2014, requirieron mano de obra, y por lo tanto acogió benevolentemente a trabajadores haitianos para la construcción de esas obras.
Sin embargo -dijo- dada la crisis política y económica también que representó en su momento la presidencia de Jair Bolsonaro, los haitianos tuvieron que salir del país, y entonces empezaron a disgregarse por el Cono Sur del continente y hacia los Estados Unidos “por eso encontramos la primera gran migración de haitianos en el año 2016 hacia México”.
Haitianos obligados a salir de su país
Al referirse a las causas de la migración haitiana detalló: “las podemos encontrar en un primer momento en un sismo muy destructor del año 2010, que causó un gran desastre en el país. Con muy poca infraestructura, con pocas vías de comunicación, con poca institucionalización, aquel terremoto vino a dejar en la zozobra a millones de personas haitianas, que se vieron obligadas a salir de su país”.
Cabe recordar que Haití es el país más pobre del hemisferio y uno de los más pobres del mundo, con ingresos per cápita muy bajos, con poca inversión y desarrollo económico, además de la inestabilidad política, pues hace algunos años, bandas del crimen organizado, vinculadas con el narco colombiano, asesinaron a su presidente, lo que originó una inestabilidad política que continúa hasta nuestros días.
De hecho -explicó el maestro- desde el asesinato del presidente en el año 2021, Haití no ha podido realizar elecciones democráticas para designar un nuevo mandatario; en cambio, tienen solo un encargado, “eso representa, en términos de seguridad, de desarrollo y de posibilidades de vida, un panorama muy oscuro”.
Un reto para la civilización humana del siglo XXI
Gerardo Cruz apuntó que en la Red CLAMOR en América Latina se trabaja el tema de la Pastoral de la Movilidad Humana, migración, refugio y trata de personas: “nuestros hermanos que viven allá nos comparten las difíciles situaciones que viven también en términos de seguridad, por las pandillas, por los robos, asaltos, violaciones de grupos absolutamente violentos que arrasan con los barrios con los pueblos en un país de por sí ya muy martirizado“.
Aseguró que Haití representa un reto para la civilización humana del siglo XXI, pues “no puede ser que exista un país en tales condiciones de abandono por parte de la comunidad internacional; ha habido informes de que organizaciones internacionales se han aprovechado de los recursos enviados para ayudar al país, que no han sido destinados con justicia para ayudar a esa población… es el primer país en haber logrado la independencia en América Latina, y hoy es un país absolutamente olvidado”.
Respecto a la posibilidad de que muchos de los migrantes haitianos estén optando por quedarse en México, señaló:
“Es verdad que están haciendo trámites para quedarse desde 2016; por ejemplo, en Tijuana se han desarrollado colonias habitadas principalmente por haitianos, que hay que decirlo, son personas muy trabajadoras, algunas de ellas, preparadas con carreras universitarias, que saben hablar varios idiomas; también hay otras más vulnerables”.
Para el investigador, México representa un mejor lugar para quedarse, que su país; sin embargo, la mayoría sigue viendo a los Estados Unidos como su lugar de destino”.
“El gran reto es la integración en la sociedad mexicana, pues es necesario superar la marginación y el rechazo que sufren por la estigmatización y la xenofobia, incluso, llegan a abusar de ellos en su tránsito, cobrándoles más, por ejemplo, por una botella de agua, por el transporte en un colectivo; al ser distintos genéticamente a la mayoría de los mexicanos además de su idioma… los hace susceptibles al rechazo”.
El reto para ciudadanos y cristianos
Hay estigmatización y xenofobia -continuó-, “además hay campañas de desprestigio promovidas por grupos conservadores… Lo vimos en el centro de la Ciudad de México: la alcaldesa de esa demarcación tiró las casas de campaña… los corrió de ahí porque afeaban la ciudad; grupos de derecha deshumanizados, sin ética, también, hacen una campaña en contra de los migrantes haitianos en nuestra ciudad y en el país“.
Compartió que una de las cosas más terribles contra de la comunidad haitiana fue el uso político que hizo un partido en una concentración, en la que llevó a haitianos para hacerla más concurrida; “sin embargo, eran personas absolutamente llevadas, ahí sin saber a qué o para qué servía esa reunión, vestidos de azul con banderitas de ese partido, con una falta de ética al usar así a las personas”.
Gerardo Cruz concluyó que, debido la falta de soluciones en corto y en mediano plazo, la migración haitiana seguirá sucediendo en todo el continente; el reto -dijo- es para los ciudadanos, pero “especialmente para los que nos llamamos cristianos y reconocemos en los migrantes aquella voz de Jesús en las palabras de Mateo 25: ‘fui forastero y me acogiste‘”.
FUENTE: https://www.vidanuevadigital.com