Lula da Silva intentó este jueves limpiar el estigma de corrupción al admitir casos en la petrolera estatal Petrobras durante sus mandatos y prometió investigar todo desvío si regresa al poder en octubre, en una entrevista con el noticiero más visto de Brasil.
«No se puede decir que no hubo corrupción si las personas confesaron» los delitos, aseguró el expresidente, entrevistado en el Jornal Nacional del Grupo Globo, donde el lunes había estado el presidente Jair Bolsonaro en el marco de la campaña electoral.
Pese a que esperaba preguntas sobre corrupción, Lula, favorito en las encuestas para ganar la elección presidencial en octubre, comenzó la entrevista visiblemente agitado, leyendo anotaciones para apoyar su respuesta sobre corrupción.
«Estoy teniendo la primera oportunidad de hablar abiertamente con el pueblo en vivo (..) la corrupción sólo aparece cuando usted permite que sea investigada», dijo el expresidente izquierdista (2003-2010).
Acto seguido, criticó duramente la operación anticorrupción Lava Jato, iniciada en 2016 para investigar los desvíos en contratos de Petrobras, ya que según sus palabras «superó el límite de la investigación y entró en el límite de la política» para condenarlo.
Lula estuvo preso entre abril de 2018 y noviembre de 2019 tras ser condenado por corrupción. Recuperó sus derechos políticos en 2021, cuando la máxima corte anuló sus condenas por considerar que el tribunal que lo había juzgado en primera instancia era incompetente.
A sus 76 años, lidera la carrera electoral con 47% de la intención de voto contra 32% de Bolsonaro, de 67 años, según un sondeo del Instituto Datafolha publicado el jueves pasado.
Durante la entrevista el izquierdista criticó duramente a Bolsonaro, a quien llamó «bufón de la corte» por su dependencia de un puñado de partidos para gobernar.
Elogió además a su compañero de fórmula, el exgobernador paulista Geraldo Alckmin, un antiguo adversario de centroderecha, a quien enfrentó en la campaña a la presidencia de 2006. «En política no hay que tener odio», dijo.
La fórmula con Alckmin permitirá «mayor estabilidad en la economía» y una «credibilidad interna y externa», según Lula, quien no fue específico sobre qué medidas adoptará si es elegido, pese a las preguntas de los entrevistadores.
Dijo además que la polarización es «saludable» y «diferente del estímulo al odio», a la vez que llamó a «pacificar» el país tras el primer mandato de Bolsonaro, marcado por las fuertes tensiones entre seguidores y opositores del ultraderechista.
Lula citó la creación de varios mecanismos de acceso a la información y organismos de investigación durante su gobierno como muestras de su supuesto compromiso contra la corrupción. El equipo de verificación de AFP constató que uno de los que fue citados, el COAF, fue creado por un gobierno anterior.